Hemos analizado el origen del románico, su consolidación y, a lo largo de los próximos tres capítulos vermos su eclosión en la provincia de Palencia.

 

La segunda mitad del siglo XII supone el triunfo abierto de la escultura monumental que pasa a tener un protagonismo mucho más acusado que en los edificios de la etapa anterior. Se busca cada vez con más insistencia el refinamiento escultórico, la perfección en los acabados, la plasmación de las calidades, el barroquismo en las florituras, los calados y las filigranas.

Es también en este periodo cuando triunfa toda esa fauna fantástica que atiborra los capiteles de muchos de nuestros templos. Arpías, sirenas, centauros, grifos y dragones son cada vez más frecuentes en los recetarios ornamentales de los maestros que trabajaron en las postrimerías del siglo XII.

 


 

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