Hay intervenciones en el patrimonio artístico que no acaban como se esperaba, que no pueden denominarse “restauraciones” como tal, y que provocan graves destrozos en el legado. Repasamos algunos de los últimos casos acaecidos, el último, en Reinosa (Cantabria).

Canal Patrimonio 

 

Hilaridad e indignación se mezclan en las redes sociales cuando uno de estos casos salta a la luz, situaciones en las que aficionados pretenden cuidar, subsanar o arreglar obras de arte con mucha disposición, pero con destrozos o resultados más que cuestionables.

 

La última historia en conocerse es la de una imagen del altar mayor de la parroquia de San Sebastián de Reinosa (Cantabria), que data del siglo XVI, un dibujo de una cara sonriente y con coloretes que interrumpe un conjunto de ángeles en relieve que rematan el retablo. No se trata de una actuación reciente; hay lugareños que creen que pudo realizarse en la época de la Guerra civil. La polémica no ha sentado bien en el municipio cántabro, donde se niegan a comparar a su ángel con el eccehomo  de Borja (Zaragoza).

En 2012, la historia de una octogenaria llamada Cecilia saltó a los medios de comunicación por el intento fallido de restauración de un fresco de un eccehomo que estaba deteriorado. Pero antes de que concluyera el trabajo, la imagen retocada se había vuelto viral en las redes. Pronto el pueblo se vio inundado por miles de visitantes de todo el mundo que querían ver la famosa imagen. No en vano, se puso en marcha un museo, una ópera y el documental “Fresco Fiasco”, producido por la cadena inglesa Sky Arts.

 

 

Denuncia de los restauradores profesionales 
El pasado mes de junio surgió otra polémica similar. Esta vez en Estella (Navarra) y relacionada con los colores uniformes aplicados a la talla de san Jorge del siglo XVI, de la iglesia de San Miguel. La autora de esta “desgraciada intervención” fue una profesora de manualidades. La actuación ha provocado una denuncia judicial de la Asociación de Conservadores Restauradores de España, al considerar que se ha realizado un “destrozo” sobre el patrimonio cultural navarro.

 

En Lugo hubo otro caso que se conoció en 2014: la “restauración” no autorizada de un retablo de la iglesia de San Xoán de Alto a cargo de un hombre, José Rozas, que vio en este trabajo una forma de terapia para afrontar sus tres enfermedades: síndrome de Reiter, esclerosis múltiple y epilepsia.

 

En arquitectura también ha habido intervenciones cuestionadas como fue en 2016 la restauración del castillo de Matrera de Villamartín (Cádiz), un conjunto calificado como Bien de Interés Cultural (BIC) y cuyo origen se ubica en el siglo IX, cuyo caso llegó a también a medios internacionales como The Guardian o Times y que fue calificada de desastre por la asociación “Hispania Nostra”, una entidad de carácter no lucrativo dedicada a defender el Patrimonio Cultural y Natural español.

 

IMAGEN. Decenas de ciudadanos haciendo cola durante la romería al santuario de Nuestra Señora de la Misericordia de Borja para fotografiarse con la pintura del eccehomo (d), cuya “restauración” fallida ha dado la vuelta al mundo. EFE/Archivo