Un total de 130 obras conformarán la exposición que la Sala Kubo de San Sebastián dedicará a Eduardo Chillida este verano y que, bajo el título de “Bideak (Caminos)”, mostrará al artista comprometido con su propio trabajo y con la sociedad.

Canal Patrimonio_EFE

Chillida_EFE

Ignacio Chillida, uno de los ocho hijos del escultor donostiarra, es el comisario de esta exposición de la que ha ofrecido un avance en una rueda de prensa junto Carlos Ruiz, director de la Obra Social de Kutxa, la entidad propietaria de la sala, ubicada en el centro Kursaal. “Bidaiak” se inaugurará el 19 de junio y permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre.

El comisario ha dicho que no pretenden convertir la muestra en una antológica, ni siquiera estará cronológicamente distribuida, aunque sí será la exposición más importante de Chillida en su ciudad en más de veinte años, tras la retrospectiva que en 1992 reunió 300 obras del artista en el Palacio de Miramar. En este caso, la Sala Kubo acogerá obra en papel y unas 40 esculturas, algunas de “cierto peso y volumen”, como uno de los “peines” de Chillida, de 6.100 kilos, una variación del que se encuentra en uno de los extremos de la bahía donostiarra.

Dibujos y estudios para el peine de los vientos:

Esta gran escultura se colocará en uno de los tres espacios en los que se dividirá la muestra, destinado precisamente a “El peine del viento”, donde se podrán ver también dibujos de los estudios que el artista hizo sobre esta pieza, “la más presente en su trayectoria”, ya que realizó la primera en 1952 y la última en 1999, que vendió a “un gran coleccionista francés”. La de San Sebastián es el “peine” número quince, ha precisado Ignacio Chillida, que ha señalado que ninguna de las seis obras de su padre que se encuentran en la capital guipuzcoana le reportó beneficio económico, aunque ha asegurado que poder hacer ese trabajo y ver “cómo la gente lo ha asumido” fue una recompensa tanto para el creador como para su familia.

La exposición contará también con el espacio “La impronta de Chillida: monumentos públicos y grafismo”, donde se exhibirán las obras que pertenecen “a la ciudadanía”, así como los logotipos, anagramas y carteles que diseñó para diversas causas, organismos e instituciones, donde se verá “el alto grado de compromiso” del escultor con la sociedad de su tiempo. “Aztarnak (Huellas)” dará nombre al conjunto de piezas que abarca un amplio periodo, de 1954, cuando realizó “Ilarik II”, a 2000, cuando esculpe el monumental alabastro “Homenaje a Pili”.

Ignacio Chillida ha dicho que ha organizado casi medio centenar de exposiciones de las obras de su padre y ésta es “la más diferente de todas”. “Lo merece, es una ocasión especial”, ha subrayado el hijo del escultor, que ha explicado que la familia sigue en conversaciones con el Gobierno Vasco sobre la venta de Chillida-Leku y su reapertura al público. Ha señalado que los allegados del artista desean “lo mejor” para San Sebastián como Capital Europea de la Cultura en 2016 porque es tan importante para ellos como para el resto de donostiarras, pero que en lo que a Chillida-Leku se refiere es tan relevante “2015 como 2019”. “Chillida-Leku no tiene nada que ver con 2016. El futuro de Chillida-Leku ni empieza ni acaba en 2016”, ha recalcado.

 

IMAGEN: Una ola rompe junto a la obra de Chillida “El peine del Viento”, en San Sebastián. EFE/Archivo