El Archivo General de Simancas, el legado testamentario de Ramón y Cajal y el “Códice Calixtino” de la catedral compostelana son los tres bienes del patrimonio documental que el ministerio de Educación, Cultura y Deporte va a presentar como candidatos al Registro de la Memoria del Mundo de la Unesco.

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El secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, ha informado de estas tres candidaturas para el Registro de la Memoria del Mundo, según explica su departamento en una nota. La inclusión de un bien en el Registro de la Unesco, un “instrumento” que “destaca” los testimonios documentales “más importantes” de la historia de la humanidad, supone el “reconocimiento” de su valor excepcional para la memoria colectiva.

De los tres bienes documentales que va a presentar el Ministerio, dos son de carácter nacional y otra candidatura, la propuesta del “Códice Calixtino” fomentada por el Consejo Xacobeo, es de ámbito internacional con el apoyo de Portugal, “consciente” de la importancia que tuvieron en la Europa medieval los documentos que “sustentan” la tradición jacobea y el Camino de Santiago. El Archivo General de Simancas, con todo su contenido, será candidato al Registro de la Memoria del Mundo a propuesta de la Comisión de Cultura del Congreso por su “excepcional” fondo documental de la historia de España desde finales del siglo XV hasta el XIX. En cuanto a la inclusión propuesta por el Instituto Ramón y Cajal del CSIC, comprende la “totalidad” del legado testamentario del médico español, además de fondos documentales de sus discípulos “más notables” como Pío del Río Ortega o Fernando de Castro. España cuenta con cinco fondos documentales incluidos ya en ese registro de la Unesco: el Tratado de Tordesillas; las Capitulaciones de Santa Fe; el Llibre del Sindicat Remença de 1448; los “Decreta” de León de 1188 -el testimonio documental más antiguo del sistema parlamentario europeo- y materiales relativos a la misión Keicho a Europa, una candidatura propuesta junto a Japón. EFE

IMAGEN: El Archivo General de Simancas, el más antiguo del mundo y esencial para conocer la historia entre 1476 y 1800. EFE/Archivo