En 1932, cuando ya había alcanzado fama mundial en tiempo récord, Tamara de Lempicka visitó diferentes ciudades de España, entre ellas Madrid, donde una exposición reúne la obra de esta artista que perseguía obsesivamente la modernidad, siempre estudiando el arte clásico, y que se convirtió en la reina del art déco.

Canal Patrimonio_Pepi Cardenete

“Tamara De Lempicka. Reina del Art Déco” llega al Palacio Gaviria para presentar más de 80 obras de esta artista que construyó su imagen como una diva internacional, rodeada de lujo, de moda y de los mejores fotógrafos de Hollywood, aunque no dejó de alcanzar la fama y el éxito gracias a un “gran tesón”. “Es una mujer con una grandísima fuerza de voluntad, muy valiente. Naturalmente no fue solo un personaje. Lo más importante de ella es el valor, la independencia. Ella creía que no existía la suerte, existe lo que tú te construyes”, ha explicado Gioia Mori, comisaria de esta muestra internacional de gran recorrido.

Más de 40 colecciones privadas, museos y prestadores han reunido en “Tamara De Lempicka. Reina del Art Déco” en torno a 200 piezas, no solo de la artista , sino también muebles, fotografías o vestidos y calzado de la época, para hacer un recorrido inmersivo en el art déco y el contexto de la época. De Lempicka (Varsovia, 1898 – Cuernavaca, México, 1980) fue pionera en desarrollar el movimiento más característico de los “felices años 20”, el art déco, marcado por motivos geométricos, colores brillantes y formas rotundas.

Un estilo clásico, simétrico y rectilíneo que alcanzó su mayor apogeo entre 1925 y 1935, con influencias de la escuela de Bauhaus y de movimientos anteriores como el futurismo y el cubismo -una fotografía de la exposición plasma a De Lempicka junto a Salvador Dalí-. Así, “Tamara De Lempicka. Reina del Art Déco” recorre a lo largo de diez secciones el periplo vital y artístico de esta diva, desde sus primeras naturalezas muertas hasta un cuadro sin terminar rescatado hace un par de años de Alfonso XIII, pasando por mujeres con estética “garçone” y desnudos femeninos de personalidades de la época o de sus amantes.

Porque De Lempicka, que contrajo matrimonio en dos ocasiones, nunca ocultó su bisexualidad, desde que llegase a la libertina ciudad de París, después de la Primera Guerra Mundial tras criarse entre Suiza, Italia, Polonia y Rusia en una familia acaudalada. En Francia comenzaría a tomar clases de pintura, siguiendo las lecciones de su maestro André Lhote, y en 1922 realizó su primera exposición en el Salón d’Automne. Comienza a frecuentar entonces reuniones que comparte con personajes como Cocteau, Joy, Colette o Isadora Duncan, desarrollando una fama a la que precedía su belleza.

“Detrás de este rostro hermoso, un poco evanescente, incluso frívolo, como de actriz, en realidad hay un gran cerebro“, añade Mori sobre esta artista que volvió a desplazarse en 1939, esta vez a Estados Unidos junto a su segundo esposo, el barón Raoul Kuffner, ante la inminente Segunda Guerra Mundial. Al otro lado del charco, el matrimonio se instala en la antigua residencia del cineasta King Vidor, y en 1941 De Lempicka inaugura una muestra individual en la Julien Levy Gallery, aunque el Art déco, ese arte de entreguerras, decaería en detrimento del expresionismo abstracto.

De Lempicka no detuvo su creación artística aunque su estilo fuera dejado de lado, y en 1966 organiza una exitosa exposición conmemorativa en el Musee des Arts Decoratifs en París, que hizo que resurgiese el interés por el estilo de la artista. Es la segunda vez que España acoge una exposición de De Lempicka -la primera fue en Vigo (Galicia) en 2007-, y lo hace con esta ambiciosa muestra organizada por Arthemisia  que ya se ha podido ver en el Palacio Real de Milán (2006), La Pinacoteca de París (2013), el Palacio Chiablese de Turín (2015) y el Palacio Forti de Verona (2015).

“Madrid necesitaba una exposición así”, ha apuntado en la presentación Jesús Rodríguez, delegado de Arthemisia en España, mientras José Bonifacio Bermejo, jefe del departamento de museos del Ayuntamiento de Madrid, agradecía esta muestra de una artista “no muy conocida en España” que “va a suponer un hito en Madrid”. De Lempicka vuelve a Madrid 86 años después, ya que en 1932 visitó la ciudad en un largo viaje a España que también la llevó a Málaga, Sevilla, Córdoba y Toledo. Aclamada. Acogida como una estrella, la artista subrayó en las entrevistas su interés por El Greco y Goya, a quienes estudiaba en los museos españoles. 

 

IMAGEN: Vista de la exposición de una de las colecciones más completas de la obra del icono de la modernidad de los años XX, Tamara Lempicka, que se expone en el Palacio Gaviria de Madrid.-EFE