Tarragona conmemora el bimilenario de la muerte del emperador Agusto con un Congreso Internacional de Arqueología y Mundo Antiguo, que se centra en la figura del estadista global que residió en la antigua Tarraco entre los años 27 y 24 antes de Cristo.

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Tarragona ya acogió el primer congreso en 1993 y hasta el 29 de noviembre, vuelve a ser la ciudad anfitriona, esta vez enmarcada en la segunda edición de la llamada Tarraco Biennal. El congreso se titula “Augusto y las provincias occidentales. 2.000 aniversario de la muerte de Augusto” y se centra en el artífice de la paz romana, una figura llena de claroscuros que se considera el primer globalizador de la historia.

El emperador se recuperó de una enfermedad en la antigua Tarraco, y la ciudad fue capital del Imperio Romano entre los años 27 y 24 antes de Cristo, en plenas Guerras Cántabras. Esta estancia dejó una fuerte huella en la ciudad, que le dedicó un altar y, tras su muerte, un majestuoso templo, del que se han hallado restos bajo la actual Catedral.

El congreso, con seis ponencias y 55 comunicaciones, aportará un conocimiento crítico de la figura del emperador Augusto, su obra y logros, sus claroscuros y su legado, que aún perdura. Este encuentro científico está organizado por  la Fundación Privada Mútua Catalana, con la colaboración del Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC) y los museos de Historia y Nacional de Arqueología de Tarragona. También colaboran la Real Sociedad Arqueológica Tarraconense, el Departamento de Cultura de la Generalitat, la Universitat Rovira i Virgili y el Arzobispado de Tarragona.

 

IMAGEN: Imagen de los trabajos realizados en el subsuelo de la Catedral de Tarragona, donde expertos estudian la presencia del templo romano dedicado al emperador Augusto. EFE/Archivo