Las similitudes de la decoración de la cerámica tartésica hallada en el yacimiento del Carambolo (Sevilla) con la de otros elementos materiales fenicios refuerza la tesis de que, en realidad, Tartessos no fue sino parte de la colonización fenicia del suroeste peninsular.

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El estudio comparado de la cerámica denominada de tipo Carambolo con la de otros yacimientos fenicios del sur de la Península de hasta 2.900 años de antigüedad pone de manifiesto la semejanza simbólica de los motivos geométricos y zoomorfos, y de la representación de estrellas y motivos botánicos, entre otros elementos decorativos.

La cuestión simbólica y religiosa -el yacimiento del Carambolo fue un santuario dedicado al dios Baal y la diosa Astarté, una de las principales deidades fenicias- es crucial para determinar si Tartessos existió de manera independiente a los asentamientos fenicios.

Las cuestiones materiales y tecnológicas, como es la cerámica, se traspasan con facilidad de una etnia a otra; pero hay dos elementos que son menos permeables, la religión y la lengua.

La existencia de Tartessos

Las similitudes entre la cerámica del Carambolo y la de otros yacimientos fenicios es importante porque El Carambolo, además de un santuario, es un yacimiento crucial en la historiografía de Tartessos. Ha aportado la base para interpretar ese fenómeno desde que se halló el tesoro que lleva el nombre de ese lugar en 1958 y seguidamente fue excavado por Juan de Mata Carriazo.

Ante el hallazgo de aquel fabuloso tesoro labrado en oro nadie dudó de la existencia de Tartessos, pero investigaciones posteriores desdibujan el mito de Tartessos y aproximan el yacimiento del Carambolo al mundo fenicio, como las últimas excavaciones efectuadas allí entre 2002 y 2005 por Álvaro Fernández y Araceli Rodríguez.

Esas excavaciones confirmaban las tesis de los arqueólogos José Luis Escacena y María Belén, expresadas a finales de los años noventa y que supusieron una relectura de los materiales extraídos por Carriazo para concluir con un cambio de paradigma interpretativo del fenómeno tartésico, al considerarlo como una parte más de la gran colonización fenicia del sur de la Península.

Entre esos materiales, está la estatuilla de la diosa Astarté -deidad fenicia- que se conserva en el Museo Arqueológico de Sevilla y que lleva una inscripción fenicia en la peana que permite interpretarla como una ofrenda religiosa.

Tartessos: el término

De hecho, entre el siglo IX y VI antes de Cristo, los asentamientos en la costa del sur de España se consideran fenicios sin duda y los del interior se han reservado a Tartessos.

Tartessos es un término literario y nace como un mito, por las alusiones de la literatura griega que lo sitúa en el fin del mundo, donde se colocan los mitos; y en su búsqueda ha habido un elemento sentimental y los arqueólogos han ido identificando una serie de materiales con esa idea. Alfredo Valenzuela_EFE

IMAGEN: Parte del Tesoro del Carambolo, un conjunto de piezas de orfebrería de la época tartésica hallado hace 60 años. EFE/Archivo