La muestra Ciudad y cosmos: las artes en Teotihuacán”, que puede verse desde ayer en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA, en sus siglas en inglés), presenta los nuevos hallazgos en las grandes pirámides del complejo arqueológico y alrededores del que fue núcleo vital de Mesoamérica.

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La exposición, abierta hasta el 15 de julio, incluye casi 200 obras, desde esculturas monumentales realizadas en piedra volcánica hasta pinturas murales polícromas y pequeñas piezas hechas con piedra verde preciosa, obsidiana y cerámica, muchas de las cuales no han sido presentadas antes en Estados Unidos.    

“Es una exposición que me fascina por la cantidad de descubrimientos que presentamos y que revelan las historias de esta gran ciudad”, dijo Megan O’Neil, responsable de contenidos del proyecto. “Nos centramos en las ofrendas -enterradas bajo las grandes pirámides del Sol, de la Luna y de la Serpiente Emplumada- y objetos provenientes de los conjuntos residenciales para dar una idea del tipo de ciudad que era, multicultural, urbana y cosmopolita, increíblemente importante para las Américas y para el mundo”, añadió.    

El principal comisario de la exposición, Matthew Robb, fue el encargado de seleccionar las piezas de la muestra, una tarea a la que dedicó cinco años. Tras su paso por Los Ángeles, se espera que la colección viaje a otras ciudades estadounidenses y también a México.

“Hay muchos objetos que se están presentando aquí por primera vez porque son resultado de investigaciones recientes. Los Ángeles y LACMA son un pedacito de México y nos da gusto que se presenten aquí”, comentó Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).

El mayor centro urbano de las Américas

La antigua ciudad de Teotihuacán floreció en el valle de México durante el primer milenio d.C. y fue en su momento el mayor centro urbano en las Américas. La muestra explora cómo Teotihuacán lograba crear una identidad cívica cohesionada y cómo los objetos que se presentan estaban colocados de maneras específicas para conmemorar la fundación ancestral de la ciudad y forjar relaciones con fuerzas vitales como el fuego y el agua.

La colección arranca con los nuevos hallazgos de Tlalocan, el nombre dado a una ofrenda subterránea, simulación del inframundo cósmico, descubierta en 2003 por un equipo de arqueólogos mexicanos dirigidos por Sergio Gómez.

Cerca de la última cámara del túnel había cuatro esculturas, dos de las cuales están en la exposición. “Representan a los primeros fundadores de Teotihuacán y uno de ellos es una mujer. Esto es algo que se sabe en México, pero nunca ha sido formalmente exhibido. Lo será y estará en un lugar destacado”, señaló Prieto.

Las siguientes secciones cubren las manifestaciones artísticas realizadas con materiales locales e importados y las deidades que personificaban fenómenos de la naturaleza como la lluvia, los rayos, el fuego, el agua o el maíz.

Similitudes entre Teotihuacán y Los Ángeles

“Vendrá gente de todo el mundo a admirar la cuna de una de las grandes civilizaciones originarias del mundo, fundada en la domesticación del maíz y el desarrollo de la milpa, un gran policultivo agroalimentario que nutrió a todo un continente”, detalló Prieto, quien destacó las similitudes entre la antigua ciudad y Los Ángeles.

“Se hablaban muchas lenguas y era el centro político de un conjunto muy heterogéneo de pueblos y comunidades, de ahí su fuerte semejanza con Los Ángeles. Las ciudades son la traducción sociológica de una visión del cosmos, así que necesitamos pensar un mundo incluyente, plural, fraternal y más igualitario”, añadió el director del INAH. 

 

IMÁGENES: Piedra con la cara del viejo dios fuego y relieve circular de la Pirámide del Sol que forman parte de la exposición “Ciudad y Cosmos: las artes de Teotihuacán”, que se inauguró ayer en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA). EFE/INAH/LACMA/SOLO USO EDITORIAL