La exposición “La biblioteca del Greco”, inaugurada en el Museo del Prado, devuelve la palabra al pintor para que sea el propio artista quien hable a través de los libros que formaban parte de su biblioteca y de las anotaciones y comentarios que escribió en ellos.

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Si las pinturas producto de “sus gloriosas” manos están en Toledo, “su cerebro se encuentra en el Prado”, afirmó el director del museo, Miguel Zugaza, para quien la biblioteca del artista “permite llegar de manera más cierta a su imagen”, a la vez que propone una nueva reflexión sobre su figura. “Ojo y lectura se dan la mano en este proyecto”, en el que ha sido fundamental la colaboración de la Biblioteca Nacional, que ha prestado varias de las obras, entre las que se encuentran dos de los tres originales anotados por el Greco.

Destaca entre las piezas cedidas “Los diez libros de arquitectura” de Vitruvio, con anotaciones del artista y que se ha convertido “en una de las piezas más emblemáticas de la Biblioteca Nacional, que no se presta salvo en ocasiones especiales como ésta”, comentó durante la presentación la directora de esta institución, Ana Santos. “Las bibliotecas privadas son reflejo de la vida de una persona”, señaló la directora, mientras que para Gregorio Marañón, presidente de la Fundación El Greco 2014, “estamos ante la imagen de un artista lector y escritor, dos actividades fundamentales de un pintor filósofo”.

La fama del Greco ha sido de las más sorprendentes y contradictorias, con una serie de “enfoques y desenfoques” que lo convertieron sucesivamente en el intérprete del alma castellana, el pintor del misticismo, el padre de la pintura moderna “o, directamente, en un demente, un enfermo con problemas de visión o un consumidor de hachís”, en opinión de Javier Docampo, comisario de la exposición, junto con José Riello.

El origen de la exposición:

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Días después de la muerte del pintor cretense, su hijo Jorge Manuel hizo un inventario de sus bienes, que incluía un listado de 130 libros. Este inventario fue dado a conocer por el investigador Francisco de Borja San Román en 1910, quien 17 años después, publicó nuevos documentos entre los que se encontraba una lista de libros realizada en 1621 por el hijo del Greco con motivo de su segundo matrimonio. Esta lista permitía reconstruir las lagunas de la primera. “Ambos inventarios constituyen el origen y los cimientos de esta exposición”, señaló Docampo, jefe del Área de Biblioteca, Archivo y Documentación del Prado, quien recordó que los nuevos documentos que se fueron conociendo empezaron a dibujar una imagen distinta del pintor.

En 1966 Xavier de Salas hizo público el descubrimiento de un ejemplar de la segunda edición de las “Vidas” de Vasari, anotado por el Greco. Según el comisario, los libros del artista empezaron a ser algo más que un aspecto curioso de sus bienes, convirtiéndose en un testimonio directo e insustituible de sus opiniones sobre el arte y los artistas de su tiempo. El hallazgo en 1979, por parte de Fernando Marías y Agustín Bustamente, de un nuevo ejemplar anotado de “Los diez libros de arquitectura”, de Vitruvio, “hicieron crecer los textos del cretense hasta casi 20.000 palabras que, pese a su carácter fragmentario y a ratos ininteligible, podemos considerar como un conjunto insólito entre los artistas de primera fila de la Edad Moderna”.

La exposición “La biblioteca del Greco” pretende no sólo reconstruir, aunque sea de manera hipotética, lo que fue la biblioteca del artista, sino insistir en las sendas abiertas por los estudiosos que han preferido dejar que sean los documentos y los textos del propio pintor los que ayuden a desentrañar cuáles pudieron ser las ideas que subyacen en su obra.  Además, la muestra contribuirá a “la inacabada tarea de limpieza de los tópicos creados en torno a su figura y su obra”.

Treinta y nueve libros, entre los que también destacan obras de Jenofonte y otras de Apiano Alejandrino que formaron parte de su biblioteca, se exhiben en un recorrido en el que también se pueden contemplar tres manuscritos, nueve estampas y cinco de sus pinturas, que revelan la relación entre su producción pictórica y los libros de su biblioteca. EFE_Mila Trenas.

IMAGEN:  Parte de la exposición, presentada por el Museo del Prado, la Biblioteca Nacional de España y la Fundación El Greco 2014 y la obra Retrato de ‘Rodrigo de la Fuente’ . EFE