Un opúsculo inédito y firmado por Miguel Delibes en 1945, de setenta páginas y anterior en tres años a su primer libro (“La sombra del ciprés es alargada”), forma parte de la exposición “Escaparates”, coordinada por el etnógrafo Joaquín Díaz que se puede contemplar hasta el 28 de septiembre en el Palacio Pimentel, sede de la Diputación de Valladolid.

Canal Patrimonio / EFE

Expo Etnografía Delibes- EFE- 26082014

“Investigaciones y reflexiones sobre la naturaleza del contrato de cuenta corriente de corresponsales”. Es el título de este inédito opúsculo mecanografiado por un joven Miguel Delibes (1920-2010) a los 25 años de edad, empleado del entonces Banco Castellano y que confeccionó como una tesis o prueba de acceso a la cátedra de Derecho Mercantil de la Escuela de Comercio de Valladolid, que luego desempeñó.

En este caso no se trata de una obra literaria, sino de una serie de reflexiones recogidas en un trabajo de cátedra que advierte de lo inadecuado de algunas normativas sobre las cuentas corrientes, y donde “ya muestra su interés por el uso correcto de cada término”, ha explicado Joaquín Díaz.

Esta obra primeriza de Delibes, desconocida para la familia, expuesta por primera vez al público y redactada en una máquina de escribir Hermes que también forma parte del muestrario, engrosa los fondos de la muestra “Escaparates”, que glosa dos siglos de comercio en la provincia vallisoletana.

Más de 8.000 referencias y casi doscientas piezas procedentes de establecimientos e industrias que desarrollaron su ejercicio en Valladolid desde comienzos del siglo XIX componen la exposición, que ha inaugurado el presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, y el de la Cámara de Comercio e Industria, Carlos Villar.

Expo Etnografía Delibes 2- EFE- 26082014

Una antigua registradora
Junto al inédito de Miguel Delibes, digitalizado y disponible para su lectura en una pantalla táctil, se encuentra la otra “joya” de la exposición: la caja registradora del Café del Norte, “un establecimiento famoso por sus visitantes ilustres como Gaspar Núñez de Arce, Emilio Ferrari o Francisco Umbral”, en activo desde hace más de 150 años en los soportales de la Plaza Mayor.

Una aleluya y un troquel
Joaquín Díaz también ha rescatado una aleluya dibujada por Ricardo Huerta y redactada por Luis Nazario Gaviria que “refleja en veinticuatro viñetas cómo era la feria vallisoletana de septiembre en 1880” y donde aparece, dos meses antes de su muerte, la última imagen del célebre alcalde Miguel Íscar. Ha destacado también la presencia de un troquel fabricado a mediados del siglo XVIII en la Ceca de Segovia, con el que se acuñaban las medallas de los devotos de la Virgen de San Lorenzo, patrona de Valladolid, y de gran valor sentimental para Díaz, por la gran devoción que profesaba su madre a esta advocación mariana.

Influencia parisina
El fondo expuesto también refleja cómo el Valladolid del siglo XIX relegaba la tradición para iniciar un proceso de “aculturación” en el que la última moda de París marcaba la tendencia a seguir, según explica Díaz en el catálogo, editado por la Diputación y la Cámara de Comercio. “Lencería, perfumes, indumentaria y bailes como el cancán” procedentes de Francia y en especial de la ciudad parisina, se convirtieron en una obsesión para los vallisoletanos de los años sesenta del siglo XIX, que exploraban la elegancia en las costumbres francesas, ha añadido el coordinador.

IMÁGENES: El presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, el etnógrafo Joaquín Díaz, y el presidente de la Cámara de Comercio e Industria, Carlos Villar, han recorrido la exposición “Escaparates, 200 años de industria y comercio en Valladolid”. EFE