Las tabletas y los códigos QR que no eran más que ciencia ficción cuando en 1971 Francisco Presedo encontró la Dama de Baza enterrada en el Cerro del Santuario de Basti, se han convertido 44 años después en una ventana tecnológica al universo íbero que desvela la riqueza de este referente artístico.

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Dama de Baza

La posibilidad de adentrarse en el santuario de la Dama de Baza, una escultura del siglo IV antes de Cristo considerada una de las piezas más relevantes del arte íbero, ya es una realidad. Virtual, pero realidad. La imponente imagen de la Dama luce en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, a 480 kilómetros de Baza (Granada), aunque la tecnología ha permitido eliminar la distancia a golpe de aplicación para el móvil y ofrecer parte de la magia de la figura en el mismo entorno que la preservó durante siglos.

Baza conmemora esta semana el 44 aniversario de la aparición de su Dama, hecha en piedra caliza y datada en la primera mitad del siglo IV antes de Cristo, está considerada una de las piezas más relevantes de arte íbero desde que fue descubierta dos milenios después de ser enterrada en el Cerro del Santuario de Basti. De entre todos sus valores históricos, destaca por haberse hallado en su cámara funeraria, en el interior de la tumba donde fue depositada, y el hecho de que fue descubierta con su ajuar al completo, la única que contenía las cenizas de la persona muerta a la que se cree que representa la figura.

Una máquina del tiempo diseñada por especialistas

tumba necrópolis Baza

Desde esta semana, los móviles y tabletas se han convertido en una ventana al pasado íbero de Basti y permiten, con aplicación incluida o desde una página web, conocer los ritos funerarios de la cultura que creó la Dama de Baza. El Ayuntamiento de Baza ha diseñado una aplicación que, con códigos QR y la última tecnología, ofrece al visitante de los yacimientos de Cerro Cepero y la Necrópolis de Cerro Santuario cada detalle de lo que ven y de lo que no.

Un equipo multidisciplinar compuesto por arqueólogos, arquitectos, conservadores, informáticos y restauradores ha diseñado esta “máquina del tiempo” encargada de narrar a los visitantes cada detalle de lo que pasó hace milenios en este enclave granadino. La apuesta tecnológica pretende facilitar el acceso y el conocimiento de la zona arqueológica de Basti con el objetivo de fortalecer la imagen de la Dama como reclamo turístico de la comarca.

La ventana al pasado ofrece vídeos, textos explicativos e incluso imágenes en 360 grados de los vestigios que permanecen cerrados para su protección y utilizan la realidad aumentada para traer al presente la antigua ciudad íbera. A la realidad virtual se suma la terrenal, ya que el Ayuntamiento bastetano ha sumado una adecuación de los terrenos y senderos y su señalización, junto a medidas de protección de los vestigios y la restauración de sus necrópolis.

Este recorrido por la historia se suma al Centro de Interpretación de los Yacimientos Arqueológicos (CIYA), construido en el 2011 junto al Cerro Cepero donde fue encontrada la imagen y que, con 1.800 metros cuadrados de sala expositiva, ofrece una reproducción a tamaño real de la cámara funeraria de la Dama. De momento, los avances tecnológicos no han posibilitado el traslado de la Dama de vuelta a casa, una reivindicación de parte de sus vecinos y que ha asumido el Partido Andalucista de Baza con su decimoctava carta anual y consecutiva con la que piden al Gobierno central su devolución. Aunque en el 2005 se anunció una cesión temporal para que la Dama de Baza volviera a casa en el 2007 para lucir en una exposición especial durante medio año, una comisión de expertos descartó dos años después el proyecto por los peligros de su desplazamiento y el riesgo de dañar la imagen. Hasta que estos riesgos desaparezcan, Baza combate la distancia a golpe de clic. EFE_María Ruiz

IMÁGENES: Fotografías facilitadas por el Ayuntamiento de Baza de la dama de Baza, una escultura del siglo IV antes de Cristo considerada una de las piezas más relevantes del arte íbero y de una tumba de la necrópolis del Cerro del Santuario de Basti. EFE