Audiovisual realizado por Inés Tadeo para la Biblioteca Nacional de España y difundido a través de su canal de YouTube. Corresponde al recuento del año 2015.

La Biblioteca Nacional de España cerrará sus puertas al público, entre los días 18 y 22 de enero, con motivo del recuento anual de parte de sus fondos. Alrededor de 200 personas se dedicarán a un trabajo cuyo objetivo, entre otros, es encontrar obras que no estén en el catálogo, que se encuentran deterioradas o mal colocadas dentro del propio edificio.

La iniciativa se puso en marcha en 2008 y obliga a cerrar las salas de lectura a los usuarios durante unos días, con el fin de conservar el patrimonio bibliográfico así como de preservar su difusión, objetivos principales de una biblioteca patrimonial.

Por ello, las dos sedes de la BNE, la de Recoletos y la de Alcalá, dedican cinco días al año, siempre en enero, a reorganizar y comprobar minuciosamente los distintos espacios que componen la biblioteca, con el fin de que libros, revistas, manuscritos, grabados, partituras, discos de vinilo, dvd’s, mapas y otros documentos estén bien colocados y catalogados.

311.600 documentos

Los preparativos para el recuento se inician tres semanas antes, cuando se prepara toda la logística de revisión de un fondo que, entre las dos sedes, suma cerca de 33 millones de documentos, de los cuales, este año, se calcula una revisión de unos 311.600 documentos.

En Alcalá, que alberga casi 20 millones de piezas, se comprobará que unas 90.000 estén bien colocadas y descritas.

Mientras, en Recoletos, en el departamento de Monografías, se revisarán unos 72.000 ejemplares, siguiendo el mismo método que en los otros departamentos.

En el depósito de Música, entre partituras, discos compactos, revistas, carteles, catálogos de editoriales o programas de conciertos, aparte de probar reproductores y otros equipos para comprobar su buen funcionamiento, se recontarán unos 14.000 documentos, divididos en 12.000 cd´s y 2.000 partituras.

En el de Bellas Artes y Cartografía, se hará lo propio con los folletos de la Real Sociedad Geográfica, un fondo que no es propiedad de la BNE, pero está bajo su custodia, y del que se deben comprobar, periódicamente, anomalías o fallos de trascripción de los documentos.

Complicado trabajo con los mapas

A su vez, en otra zona de la misma planta, se mirarán los atlas antiguos, una tarea que debe realizarse hoja por hoja, y los mapas modernos, aquellos que van desde 1900 hasta la actualidad.
En este caso, la actividad es complicada por el tamaño de los mapas, que están protegidos, según su importancia y tamaño, en diferentes carpetas. Por eso, aquí, es primordial el trabajo en parejas, que facilita el manejo de los mapas y el recuento de los títulos, registros y códigos de barras de cada uno de ellos.

En el depósito General de Seriadas, se contabilizarán un total de 1.257 signaturas, y en el de Fondo Antiguo, alrededor de 9000 impresos, entre manuscritos y otros documentos.

En el Servicio de Valoración, se analizarán cerca de 1190 signaturas. Por su parte, en el de Información Bibliográfica, se prevé que la cifra ascienda a 13.000 volúmenes.

En la sala de Prensa y Revistas, el trabajo se dirige a la colección de ejemplares de libre acceso, o sea, los de los últimos tres años, que los usuarios pueden consultar en sala. Se retiran los del año más antiguo (en esta ocasión, las de 2012) para permitir ampliar la colección, y son enviados al Depósito General. Se calcula que la cifra ascenderá a 3.500 títulos y 56.000 microfichas.

Al final de cada jornada, las plantillas, debidamente impresas, se entregarán a los responsables de contabilizar los resultados. Estos se las pasan a los catalogadores, que corregirán todos los errores detectados, y, finalmente, al departamento de Preservación, en el que se toma nota de las incidencias para planificar las tareas de restauración y encuadernación.

IMAGEN: Profesionales de la BNE en el recuento del año 2015.