Hamburgo ha estrenado la Filarmónica del Elba, el proyecto cultural más caro de Alemania, cuya ejecución ha durado más de una década, marcada por retrasos y sobrecostes, hasta erigirse en un prodigio arquitectónico y acústico, la nueva joya de esta ciudad alemana.

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“Inauguramos una casa que ha sido, a la vez, sueño y pesadilla, desastre y maravilla”, afirmó el presidente del país Joachim Gauck, en su discurso inaugural, en presencia de la plana mayor de la política alemana, como la canciller Angela Merkel.

El jefe del Estado aludió así a lo que durante años fue el debate persistente en torno a un proyecto tachado de gigantomaníaco, envuelto en demoras, para advertir a continuación de que, cuando hay dinero del contribuyente, conviene “calcular mejor sus riesgos”.

El resultado

El resultado es una Filarmónica que será “señal de identidad para Hamburgo y para Alemania“, dijo, surgida del talento visionario de dos arquitectos -los suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron- y el prodigioso talento para la acústica del japonés Yasuhisa Toyota.

La Filarmónica del Elba está destinada a trasladar al visitante “la fuerza aunadora de la música”, dijo Gauck.

El edificio, como la propia historia de esta Filarmónica, “se sitúa en los límites de lo posible”, apuntó Scholz, en el cargo desde 2011 y, por tanto, encargado de llevar a buen puerto algo que nació en 2002 con un presupuesto de 77 millones de euros y que ha acabado costando 789 millones de euros.

Retrasos y paralizaciones

El concierto inaugural en su auditorio principal, con 2.100 butacas, llegó con siete años de retraso sobre lo previsto, lo que de todos modos es para el alcalde “un éxito”, dado que llegó a temerse por su ejecución.

Las obras llegaron a quedar paralizadas durante año y medio, desde finales de 2011 a 2013 y el gobierno de la ciudad-estado llevó a su constructora -Hochtief- a tribunales, hasta que en julio de 2012 se dirimió con un acuerdo el litigio.

Objetivo

El objetivo declarado del alcalde es hacer que la Filarmónica no sea “un mero objeto de lujo” para la ciudad, sino un lugar al que cada niño hamburgués pueda asistir a sus conciertos.

En sentido parecido se pronunció también el presidente Gauck, al advertir que la nueva joya no debe quedar reservada a las élites, sino a todos los ciudadanos.

El edificio

Muchos hamburgueses tomaron ya posesión de su Filarmónica antes de la inauguración oficial de este miércoles, desde que el pasado noviembre quedó abierta la llamada plaza pública, la terraza del edificio, de 37 metros de altura.

La Filarmónica es, en realidad, una recreación en forma de ola encrespada, que Herzog y de Meuron levantaron sobre lo que había sido un antiguo depósito portuario y a la que, además de dos auditorios, aloja un hotel de lujo, apartamentos y restaurantes.

El concierto y las entradas

La inauguración de esos espacios públicos fue una antesala del concierto, dirigido por Thomas Hengelbrock, que arrancó con la apertura del “Prometeo” de Ludwig van Beethoven y que incluía el estreno de una pieza del compositor contemporáneo Wolfgang Rihm.

Conseguir entradas no ya para los tres días inaugurales -de hoy al viernes-, sino para toda su primera temporada, es tarea compleja, ya que las localidades de todos sus conciertos están agotadas, explicó su director general, Christoph Lieben-Seutter, para advertir de posibles fraudes en las ofertas que circulan por internet.

“Estamos trabajando para optimizar nuestro portal de venta”, dijo, en un encuentro con los medios previo al estreno, tras admitir que las entradas para los conciertos que se van incorporando al programa “se esfuman” en minutos.

Programa

El programa es amplísimo y pretende cubrir todos los ámbitos y formatos, desde grandes conciertos del circuito clásico a jazz, ballet, música étnica y vanguardia, según su director general.

En los seis primeros meses del año pasarán por allí las batutas de Ken Nagano, Ricardo Mutti, Semyon Bychkov, Simon Rattle, Daniel Barenboim y Gustavo Dudamel, cada uno al frente de su orquesta.

También lo harán solistas como la pianista británica Mitsuko Uchida, la organista letona Iveta Apkalna, la mezzosoprano Cecilia Bartoli y el tenor Jonas Kaufmann, mientras que el nombre estelar del ámbito del jazz será el pianista Brad Mehldau.

“La Filarmónica da la bienvenida a todo aquel que se acerque a Hamburgo”, insistía su alcalde, pese a que no hay localidades adquiribles para ningún concierto.