Restaurados unos bordados milenarios hallados en el ajuar funerario de un guerrero de alto rango en el sur de Italia y que ahora se muestran en Roma después de casi un año de limpieza y conservación.

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Estos bordados del siglo IV antes de Cristo son los más antiguos hallados en Italia y fueron recuperados en 2012 durante una excavación al noreste de la antigua ciudad romana de Herdonia, en Foggia (sur). Actualmente, los restos se exponen en el Instituto Superior para la Conservación y la Restauración (Iscr) de la capital italiana.

En una pequeña sala de sus estancias se muestran desde junio al público los bordados y láminas metálicas halladas en la tumba del guerrero en vitrinas de cristal dotadas de climatización aislada para mantener su conservación con una humedad no superior al 40%.

En 2012 los restos extraídos del ajuar funerario fueron trasladados hasta este instituto, donde permanecieron hasta finales de 2015 a la espera de recibir la financiación necesaria para comenzar las investigaciones e intervenciones. Y así comenzó el proceso de limpieza y análisis de los restos extraídos directamente de la ostentosa tumba.

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¿Qué había en la tumba?

Los bordados provienen de una tumba de un hombre de entre 30 y 35 años de alto rango, pues la posición de la tumba era elevada y contenía un rico ajuar fúnebre con hasta siete cinturones de batalla en bronce que son un símbolo de poder. Debía ser un príncipe, un guerrero acomodado o alguien con mucho poder en la comunidad.

El sudario que envolvía los restos mortales del noble guerrero estaba decorado con bordados realizados con hilos de lino sobre tejido de lana. Sobresalen 70 fragmentos de tejido, 250 láminas de bronce, 4 espadas de hierro con mango de marfil y algunos frutos como bellotas probablemente usadas para algún ritual funerario.

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Proceso de restauración

Los 70 pedazos de tela han pasado por las manos de Monica Pastorelli y de Emiliano Catalli que, bajo supervisión, se ocuparon de la limpieza y restauración de los restos, sobre los que aplicaron resina acrílica para reducir la humedad.

La limpieza la llevaron a cabo con microscopio y pinceles de brocha fina junto a instrumentos mecánicos, que fueron realizados expresamente para adaptarse a las pequeñas dimensiones de los trozos de tela sobre los que debían trabajar e hilar.

El tejido de fondo en lana estaba en pésimo estado de conservación y despedazado y tuvieron que reconstruirlo casi entero, mientras que los bordados de lino de la superficie del tejido estaban muy bien conservados a pesar del paso del tiempo.

Los cinturones de bronce fueron limpiados con resina y posteriormente protegidos en vitrinas con parámetros de humedad relativa para mantener las condiciones adecuadas.

Los tejidos orgánicos raramente se conservan así de bien, sobre todo en el suelo arqueológico italiano, que presenta condiciones microclimáticas desfavorables. Cristina Rocha_EFE

IMÁGENES: Fotografías facilitadas por el Instituto Superior para la Restauración y Conservación (ISCR) de Roma de los tejidos bordados más antiguos hallados en Italia. EFE