Un cuadro de Goya recientemente atribuido al autor y que permanecía recluido en el Seminario de San Carlos de Zaragoza, por lo que la inmensa mayoría del gran público lo desconocía más allá de fotografías, es el plato fuerte de “Alma Mater”, el nombre con el que se reinventa el Museo Diocesano.

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Se trata de la “Liberación de San Pedro de la cárcel”, que apareció en la prensa en 1992, cuando se le atribuyó por primera vez y cuya autoría se ha confirmado recientemente. Lo han situado en torno a los años 1765 o 1766.

Museo Diocesano de Zaragoza-“Alma Mater”

Ahora, este cuadro trasciende de publicaciones, páginas web y de los pasillos del Real Seminario de San Carlos que lo alojaba y podrá ser admirado físicamente como parte de uno de los dos proyectos iniciales con los que arranca “Alma Mater”, la marca “paraguas” con la que se quiere reinventar el hasta ahora conocido como Museo Diocesano de Zaragoza. No será su única propuesta, también van a organizar más de 85 actividades para todo tipo de públicos.

Primer proyecto

Su primer reto será sacar a la calle el legado artístico del Real Seminario de San Carlos seleccionando “lo más útil” para entender el papel de esta institución a la hora de forjar la historia de Aragón, que es el propósito fundamental de “Alma Mater”.

Esta institución jesuítica, construida sobre la antigua judería de la ciudad, como indica Domingo Buesa, director científico de “Alma Mater”, trae más piezas de gran valor al museo, situado en la que fue en su día residencia de los reyes de la Corona de Aragón.

Destaca también un manuscrito en vitela del siglo XV del célebre escritor italiano Francesco Petrarca, que ocupa un lugar privilegiado en la vitrina central de la sala, junto a un espacio que evoca la biblioteca del seminario, uno de los pocos espacios en los que el Papa autorizaba la lectura de los llamados “libros prohibidos”.

Las paredes están decoradas con diversos cuadros aportados por esta institución, la mayor parte de ellos de autores desconocidos, entre los que predominan cristos, dolorosas, inmaculadas o sagradas familias de los siglos XVI o XVII, y destacan por su color y su belleza el “Niño Jesús de la Pasión” y, por su técnica, una virgen con el niño en un óleo sobre piedra.

Segundo proyecto

El protagonista de esta sala es el pintor aragonés Natalio Bayo, quien ofrece una exposición más íntima, más encaminada a la meditación, en la que destaca imponente la obra llamada “Manuscrito de Holbein encontrado en Zaragoza por Natalio Bayo en 2015”. Este cuadro, creado ex profeso para la ocasión, muestra un cristo yacente sobre una losa, con su túnica desgarrada, en el que incluso logra sacar volumen con su pintura.

IMAGEN: El óleo de Goya “Liberación de San Pedro de la cárcel”. EFE