La obra literaria del polifacético Felipe Orlando, pintor, músico, antropólogo y escritor, contemporáneo y amigo de todos los miembros del “boom”, en cuyas filas sin embargo no militó, será rescatada por la editorial andaluza EDA, que ya ha sacado a la luz un libro del artista cubano-mexicano: “El perro petrificado”.

Canal Patrimonio

Felipe Orlando- EFE- 12082013
Esta novela narra un viaje a través del tiempo y el espacio por la isla de Cuba en lo que media desde la caída del Gobierno del general Hacha, en 1933, hasta la llegada al poder del sargento Batista, en 1944. La narración se ofrece a modo de crónica personal de una época convulsa de Cuba en la que los gobiernos corruptos sustentados por la vecina superpotencia se sucedían unos a otros en nombre de una libertad inexistente.

Menos conocido como escritor que como pintor, Felipe Orlando construyó una obra literaria “de una fortaleza fabuladora inigualable y un altísimo dominio técnico, con influencias de Lezama Lima -del que era familiar-, de Frank Kafka y de Gabriel García Márquez”, según explica a Efe el editor Francisco Javier Torres.

Sobre “El perro petrificado”, su editor ha destacado que es una obra en la que Orlando despliega su “particularísimo arsenal lingüístico y técnico”, con el que “bombardea los registros habituales de la construcción narrativa” y sorprende “con su tremenda eficacia expresiva”. Su estilo narrativo y su capacidad para “crear atmósferas” es comparable con los de Bernhard, Lezama Lima, Joyce, Kafka, Rulfo y García Márquez, escritores que conforman, según el editor, el “árbol genealógico” de la literatura de Felipe Orlando.

Grande, pero poco conocido
Con la novela “Leonorilda eleva el pensamiento a las alturas”, publicada en 1973 en México, Felipe Orlando obtuvo el Premio Nacional de Novela Nezahualcóyotl, el mismo que recibió en su versión internacional Juan Marsé por “Si te dicen que caí”. A pesar de este reconocimiento y de su gran trayectoria literaria, los libros de Felipe Orlando son inencontrables, salvo algunos ejemplares de ediciones mexicanas o cubanas en librerías de lance, según ha señalado Torres, quien también ha recordado que algunas de sus novelas, como “Margarita la mística” y “Hombre con sombrero” permanecen inéditas.

Sus años malagueños
Quienes lo trataron coincidieron en señalar que se trataba de una personalidad excepcional, de un joven que recorrió toda América llevado por sus intereses artísticos y antropológicos y que trató a figuras de la cultura mundial como Henry Moore, Georges Braque, Pau Clasals, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Alfonso Reyes, Frida Kahlo, Gastón Baquero, Néstor Almendros y Joan Miró, entre otros. // Desde 1970 hasta su muerte en el año 2001 dirigió en Benalmádena (Málaga) el Museo de Arte Precolombino que lleva su nombre, al que donó su colección particular, de un elevado valor. Durante su estancia en Málaga fue amigo de Bernabé Fernández Canivell y ejerció un influyente magisterio sobre artistas como Enrique Brinkmann, Jorge Lindell o Elena Laverón.

IMAGEN:   El artista cubano-mexicano Felipe Orlando posa con una de sus obras en la exposición que compartió con su compatriota Jose Luís Cuevas en la galería Aele de Madrid en septiembre de 1973. EFE/Archivo