Las últimas excavaciones en Cova de Eirós, en la aldea de Cancelo (Triacastela, Galicia), realizadas este verano permiten profundizar aún más en el conocimiento de las formas de vida de los neandertales de las sierras orientales de Galicia.

El equipo de investigación ha contado con el apoyo de la Consellería de Cultura, Educación, Formación Profesional e Universidades de la Xunta de Galicia y ha estado integrado por  técnicos del Grupo de Estudos para a Prehistoria do Noroeste, Arqueoloxía, Antigüidade e Territorio (GEPN-AAT) da Universidade de Santiago (USC); del Institut Català de Paleocologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y la Universitat Rovira i Virgili (URV). Su trabajo ha permitido contrastar las hipótesis de campañas anteriores que demostraban la utilización de esta zona como campamento en el cual desarrollaban diferentes actividades como la caza o la elaboración de utensilios. Además, se han documentado nuevas manifestaciones de arte rupestre realizadas con una técnica no documentada hasta el momento. 

 

Puntos pintados en rojo en el fondo de la galería interior de Cova Eirós.

 

Restos óseos, evidencias artísticas y nuevos espacios de estudio

Los resultados de la investigación ofrecen nueva información sobre los modos de vida de las comunidades neandertales que ocuparon la Cova Eirós y sobre el mundo simbólico del Paleolítico Superior. La nueva exploración del nivel con materiales del Paleolítico Medio amplía el conocimiento sobre los grupos que habitaron las Serras Orientais hace más de 45.000 años y utilizaron la cueva como campamento durante temporadas relativamente largas. En las excavaciones se recuperaron restos de útiles líticos elaborados con cuarcita y cuarzo recogidos en las orillas de los ríos cercanos. Con estos artefactos se procesaban los animales cazados, sus pieles y se fabricaban herramientas de madera. También se encontraron restos óseos y dentales de las presas, como mandíbulas y huesos de ciervo. Las comunidades neandertales del lugar capturaron ciervos, rebecos y caballos en los valles y bosques cercanos, que luego, una vez sacrificados, llevaron a la cueva. Algunos de estos restos óseos aún conservan las marcas de corte realizadas con los útiles líticos utilizados para su descarnado. Las piezas recuperadas demuestran que Cova Eirós también estuvo ocupada alternativamente por carnívoros que la utilizaban como cubil o madriguera.

Paralelamente a las excavaciones se llevaron a cabo trabajos de documentación y fotogrametría y levantamientos 3D de los paneles que contienen arte en las salas interiores de Cova Eirós. En esta campaña se identificaron nuevos motivos en el fondo de las galerías realizados con una técnica no documentada hasta el momento. La temática de estos consta de puntos y signos emparejados dibujados con pintura roja en el techo de la galería. El uso de ocre como pigmento no había sido documentado en ninguno de los paneles conocidos hasta ahora. Estos motivos amplían las técnicas y motivos representados en el arte de Cova Eirós.

Además, la campaña permitió explorar un pequeño abrigo en las proximidades de la Cueva que ofrece buenas condiciones de vida, un gran espacio protegido por una amplia cornisa y un potente relleno sedimentario que confirma el amplio uso de este tipo de abrigos y cavidades de Cancelo a lo largo del tiempo.

 

Lasca en cuarcita del nivel 4 de Cova Eirós.