Nueva colaboración del historiador, investigador y gestor cultural Alejandro Martín López, que en esta ocasión nos invita a agudizar los sentidos para ver cómo durante siglos papas y obispos, emperadores y reyes, monarquías y repúblicas han utilizado referentes iconográficos de la antigua Roma para expresar su capacidad o derecho a ejercer el mando.  Hoy hablamos de “la iconografía del poder”. 

Canal Patrimonio_Alejandro Martín López

Si buscas en tu cartera, seguro que tienes alguna moneda de uno o dos euros. Dale la vuelta entre tus dedos. ¿Nunca te has preguntado por qué a uno de los lados lo llamamos cara?, ¿por qué aparece el perfil de diferentes monarcas europeos en su anverso? No todo el Patrimonio Cultural que nos rodea tiene forma física, a veces es una música tradicional, otras el compendio de leyendas que han hecho soñar a generaciones de niños, y en ocasiones un lenguaje casi arcano del que ahora hemos perdido la clave; del que solo nos quedan algunos jirones, como los perfiles coronados de las monedas. 

Si Sylicon Valley es la cuna del mundo digital, la Roma de la Antigüedad es el origen de lo que hoy llamamos marketing político. Durante siglos, papas y obispos, emperadores y reyes, monarquías y repúblicas han utilizado imágenes procedentes de Roma para expresar su capacidad o derecho a ejercer el mando. Es la iconografía del poder. 

En este viaje descubriremos cómo cada detalle de un retrato, de un trono o de una prenda es expresión de ese lenguaje que forma parte de nuestro patrimonio cultural inmaterial.

Del Imperio a la Iglesia

Aunque el cristianismo naciese a miles de kilómetros de la ciudad del Tíber, solo cuando Roma se sintió atraída por la nueva fe, la iglesia comenzó a ser universal. Creció por lo tanto dentro de una estructura administrativa y política perfeccionada a lo largo de siglos. La naciente jerarquía eclesiástica entendió rápidamente que podía y debía utilizar el mismo leguaje visual para trasmitir un nuevo mensaje, así que convirtió muchos elementos de la iconografía del poder imperial al cristianismo. Quizá por ello, hoy la escultura de Jesús Sedente del Museo de las Termas de Roma, nos recuerda a un senador imberbe, togado y sentado en una silla curul; incluso las sillas curules, símbolo de las magistraturas romanas, se traducen al leguaje cristiano, convertidas en cátedras episcopales (silla episcopal de Roda de Isábena).

No solo la escultura y el mobiliario buscan sus referentes iconográficos en la antigua Roma, también la indumentaria. Los obispos heredaron del sacerdocio romano las ínfulas, ese par de piezas de tela que decoran la mitra y caen sobre la espalda, como símbolo de inviolabilidad de la persona que las lleva. Más aún, ¿te has preguntado por qué el propio Pontífice romano puede calzar zapatos rojos? No es más que una herencia del Príncipe del Senado de Roma. 

Emperadores y reyes: una moda que no caduca

  

Muchos de los reyes medievales y modernos han buscado también en la iconografía de los emperadores la imagen impactante del poder. Carlomagno, Carlos V, Felipe IV, Carlos III, Luis XIV, Jacobo II o el propio Napoleón no pudieron resistirse a ser retratados sobre lienzo o en escultura “a la romana”, caracterizados como emperadores.

La iconografía del poder de inspiración romana lo impregna absolutamente todo en las monarquías europeas: desde los más magníficos arcos del triunfo hasta los detalles más pequeños, como las bengalas de mando o las fajas de general que desde época republicana distinguen al magistrado que detenta la jefatura del ejército. 

República romana y revolución

Si las monarquías se inspiraron en las imágenes de poder de los emperadores romanos, las revoluciones democráticas del siglo XVIII y XIX buscaron en el periodo anterior sus elementos más representativos. Los haces de varas junto con un hacha (fasces) se han convertido en el símbolo de dos de las más conocidas: la independencia de Estados Unidos y la República Francesa. Así aparecen en el escudo de Francia, en la Cámara de Representantes de Estados Unidos y sosteniendo la mítica estatua de Lincoln en Washington D.C. Frente a la opresión de las monarquías absolutas, los símbolos de la República Romana se erigieron en faros de la libertad y los derechos individuales.

De las sandalias romanas al traje sastre

Hoy en día, esta forma de patrimonio inmaterial casi ha quedado relegada a un par de guiños, sustituida por otras señas de identidad y comunicación más modernas como un traje cortado a medida o unas zapatillas de deporte en el Congreso. 

Descubrir estos pequeños detalles, reminiscencias que nos remontan al viejo Imperio, puede convertirse en un juego: aquí un monarca vestido a la romana pero con peluca del XVII, allí una silla curul y en mi bolsillo una moneda con la efigie del jefe del estado.

 

IMÁGENES: 1. Combo de fotografías de Domiciano (Museo Vaticano, Ciudad del Vaticano) y Felipe II (retratado por Tiziano. Museo del Prado, Madrid), ambos caracterizados como jefes militares con bengala de mando. Imágenes extraídas de Wikipedia. Autores: Jackknife Barlow y Virginiatabuenca. 2. Luis XIV, retratado ”a la romana” en la Plaza de las Victorias de París. Autor escultura: Bosoi. Fotografía: Wikipedia Esp. Autor: David Monniaux. 3. Estatua del presidente de USA A. Lincoln, utilizando fasces como apoyabrazos. Lincoln Memorial. Washington D.C. Autor estatua D. C. French.