El sueño, lo inconsciente, la imaginación. La realidad, el paisaje, lo vivo. Entre esos dos universos conectados se mueve la pintura del catalán Joan Miró, tal y como se expone en el museo Albertina de Viena.

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“Desde la tierra al cielo” es el título de la muestra que resume el arte de Miró (1893-1983) y su capacidad de representar su mundo onírico en el lienzo sin desconectarse de la realidad. La exposición pone bajo el mismo techo unas 100 piezas que recorren todos sus periodos creativos, prestadas por una veintena de museos y numerosas colecciones privadas. “Esta es la retrospectiva de Miró. Con letras mayúsculas”, explicó durante la presentación a la prensa Joan Punyet Miró, nieto del artista. “Son obras de un altísimo valor económico, y la gente las tiene muy bien guardadas en sus museos, en sus colecciones particulares. Pero para el Albertina se ha hecho el esfuerzo de dos años y medio de investigación y de búsqueda y de contactar con gente, para que esta sea la gran retrospectiva de Joan Miró, sin ninguna duda”, declaró Punyet.

Organizada cronológicamente:

La exposición se organiza cronológicamente desde los primeros trabajos aún figurativos, que muestran paisajes rurales y urbanos de su cataluña natal. Entre estas piezas destaca “La masía”, terminada en 1922 tras sus primeros viajes a París y en la que la representación de la realidad ya es un punto de partida hacia mundos oníricos. El contacto en la capital francesa con los poetas surrealistas es el inicio de su ruptura con la representación realista de la realidad. “El surrealismo le permitió sacar el sueño de su psique y ponerlo sobre un lienzo”, describió Punyet. “Miró fue considerado como el pintor más surrealista de todos los tiempos, porque, con una gran libertad, era capaz de plasmar en sus telas todas las sensaciones y la emociones que provenían de su psique”, añadió.

Los cuadros, esculturas y vasijas que conforman la muestra se presentan al visitante sobre un fondo completamente blanco que resalta el carácter onírico y místico, al tiempo que ingenuo y sencillo, de Miró. Entre las obras que pueden contemplarse en el Albertina hasta el próximo 11 de enero, se cuentan varias piezas clave en la evolución artística de Miró, como “Cabeza de campesino catalán”, “Personaje”, “Mujer en rebelión” y varias muestras de sus famosas composiciones de mujeres, pájaros y estrellas.

Un mundo onírico pero con mensaje humano y referencia a la realidad:

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La exposición, desde su propio título, insiste en mantener a Miró pegado a la tierra, a la realidad, al paisaje y a las cosas que le rodeaban. “Con el título queremos decir que Miró tenía una fuerte relación con la naturaleza y con su tierra, pero transformó esa idea en un mundo poético tras el que se encuentran ideas filosóficas y espirituales”, analizó para  Gisela Fischer, una de las comisarias de la muestra. Esta experta destaca que el catalán no fue un artista aislado en su propio mundo onírico, sino que tenía un mensaje que transmitir.  “No es una huida a otro mundo sino que tiene siempre una referencia a la realidad y un mensaje humano. Un lenguaje visual que aboga por la armonía, por la tolerancia”, añadió Fischer. EFE_Antonio Sánchez Solís.

IMÁGENES:  Fotografías cedidas por el Museo Albertina del cuadro de Joan Miró “La Masia” y “Woman and bird” de la exposición “Miró. Desde la tierra al cielo”, que puede verse en el Museo Albertina de Viena.EFE