Aunque Santiago de Compostela era el destino principal del peregrino, a lo largo de su camino encontraba otros muchos espacios y centros de culto. Hoy nos adentramos en ellos.

 

El objetivo del peregrino era llegar a Santiago de Compostela y venerar allí la tumba del apóstol, pero a lo largo de este viaje encontraba otros centros de culto donde se guardaban reliquias e imágenes de especial devoción que obligaban casi siempre a establecer un alto en la marcha. La existencia de estos templos convertía al propio Camino en una verdadera vía sacra jalonada por diferentes hitos o estaciones donde además de descansar se podía rezar. En muchos casos el propio trazado de la ruta se fue adaptando a la existencia de estos santuarios, especialmente de los más antiguos y de mayor tradición, mientras que en otras ocasiones fueron fundados expresamente junto al Camino de Santiago para prestar apoyo y asistencia a los peregrinos.

A veces eran monasterios que conservaban una amplia colección de reliquias, entre las que no faltaba algún resto del santo al que estaba dedicado. También podían ser catedrales o simples parroquias que conservaban imágenes consideradas milagrosas.

 

 

Descarga aquí el capítulo 12 de nuestro monográfico: espacios para el culto

 

En entregas anteriores 

1. El descubrimiento del sepulcro y la propaganda compostelana

2. Los primeros peregrinos

3. La formación del Camino principal y su consolidación

4. Los caminos alternativos y rutas secundarias

5. La peregrinación a Compostela a lo largo de la historia

6. Los motivos de la peregrinación

7. La indumentaria y los atributos del peregrino

8. Los ritos y las ceremonias

9. Calzadas y puentes

10. Aldeas, villas y ciudades

12. Espacios de acogida