Redacción Canal Patrimonio- EFE

Antonio López presenta por primera vez en Japón sus obras más universales en una gran retrospectiva, que reúne 64 obras, entre pinturas, esculturas y dibujos, y que se podrá contemplar hasta el 16 de junio en el Museo Bunkamura, en el céntrico barrio tokiota de Shibuya. Sus visitantes podrán  recorrer su obra, desde la afamada desértica estampa de la Gran Vía madrileña, pasando por retratos, bodegones, desnudos o su amplio abanico de personajes. Bajo el título “Antonio López: Maestro del realismo”, la retrospectiva camina de la mano de un autor capaz de expresar “la belleza de la cotidianeidad” y transformarla en un mundo personal en el que descubre nuevas formas y realidades a través de sus ojos, detallaron los organizadores del evento.

La exposición cuenta con obras de colecciones y museos de todo el mundo como el Reina Sofía de Madrid. Dividida en siete temáticas, la muestra de Antonio López inicia su recorrido en su natal Castilla-La Mancha con el espacio “Tierra”, donde muestra su coqueteo con el surrealismo en obras como “Mujeres mirando aviones” o “Cabeza griega y vestido azul”.

Por su parte, “Familia” abre el universo del retrato, con esculturas como “Busto de Mari” o la pintura “La cena”, paradigma de su pasión por las escenas de la vida cotidiana que, “traducida a sus obras, se convierten en un icono”, señala Enrique Asorey, encargado de negocios de la Embajada de España en Tokio, quien considera que la muestra servirá para que el público nipón, bastante conocedor del arte clásico español, pueda bucear en el arte contemporáneo, menos frecuente en Japón, y descubrir “el extremado realismo” del autor.



De un gran realismo

La tercera etapa de la exposición explora con “Naturaleza muerta” la técnica y creatividad del autor para realizar bodegones, tanto en pintura, como en su obra “El balcón”, realizada con tan solo 18 años, como en bronce, como “La fresquera”. En su muestra en Japón, tampoco puede faltar una parada para diseccionar su interés por la naturaleza, por ello en “Plantas”, la retrospectiva recoge obras relacionadas con la cinta de Erice, como el óleo “Árbol de membrillo”.  El recorrido por sus elegantes salas cuenta también con el espacio “Interiores”, en el que ahonda en el realismo inusual y sorprendente de piezas como “Taza de váter y ventana” o “Nevera nueva”. Tras este profundo intercambio entre el artista y el público, la exposición desvela sus afamados trabajos sobre Madrid, reflejados a través del realismo fotográfico de “La terraza de Lucio” o “Gran Vía”, obra más insigne de la retrospectiva.

Viaje posterior

Por último, el capítulo “Cuerpo humano”, muestra su meticuloso dominio de la anatomía a través de esculturas y dibujos de desnudos como “mujer y Hombre” o sus numerosas cabezas de niños, que no pasan desapercibidas a la atenta mirada del público nipón. “Los japoneses son un público amante del arte y España, como potencia artística, se beneficia de este buen gusto, del conocimiento y del nivel cultural japonés”, añade Asorey, quien recuerda que, tras su paso por Tokio, la muestra viajará hasta el Museo de Nagasaki, que engloba una amplia colección permanente dedicada a España con obras del propio López, Picasso, Dalí o Goya, para luego terminar, a finales de octubre, en el Museo de Iwate, ubicado en el devastado noreste nipón tras el paso del tsunami de 2011.