Existe una lista cada vez más engrosada de pueblos abandonados repartidos por la España vacía, que revelan paisajes lúgubres y dramáticos, donde se palpa con un imponente realismo los estragos del tiempo. Pueblos sin carreteras, sin cables que surquen sus cielos, sin vida… lugares olvidados que dejan detrás una historia y un patrimonio, que en muchos casos es de gran valor.
Ese es el caso de Villaescusa de Palositos, una localidad de Guadalajara en la comarca de La Alcarria, despoblada por la emigración en los años 70 y que hoy pertenece al pueblo cercano de Peralveche.
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La despoblación, la mayor amenaza para el patrimonio rural
Entre las denostadas calles de Villaescusa de Palositos se ubica una iglesia de estilo románico rural construida probablemente entre los siglos XII o XIII, y que constituye un ejemplo escaso del románico más meridional en España. Un románico que se percibe en su portada de medio punto y en el ábside semicircular propio de este estilo.
La iglesia fue declarada BIC en 2012 y está incluida en el Plan del Románico de Guadalajara, que vaga por la rehabilitación y puesta en valor de las iglesias románicas de la provincia. Este plan supuso también la edición de una Enciclopedia del Románico de Castilla-La Mancha, publicada por la Fundación Santa María la Real en 2008. Todo ello, no le ha servido a este templo para frenar su imparable deterioro.
Las verjas que encierran una historia
Si la despoblación ya es una amenaza importante para la España rural, Villaescusa de Palositos ostenta un paso más de desidia, pues buena parte de la localidad permanece vallada al comprar un terrateniente buena parte de sus tierras. Hecho que conllevó el derribo de la mayoría de las infraestructuras del pueblo: el Ayuntamiento, las escuelas, la fuente, el lavadero, las calles, viviendas…
Otra consecuencia más de la adquisición del pueblo, fue la clausura de los caminos públicos que comunicaban el municipio con los núcleos de alrededor. Lo que supuso el corte de un tramo del ramal sur del Camino de Santiago, conocido como la Ruta de la Lana, y el paso al cementerio del pueblo y la iglesia románica.
Con el fin de denunciar esta situación, la Asociación de Amigos de Villaescusa de Palositos convoca cada año la Marcha de las Flores, que ya en su 14º edición, cuenta este año con la colaboración de más de una treintena de instituciones y asociaciones jacobeas. Todo ello, para sumar más voces en su reivindicación para garantizar la libre circulación de los ciudadanos por los caminos públicos, y permitir a los marchantes depositar sus flores en el cementerio donde reposan sus familiares.
Una simbólica marcha para atestiguar una injusticia
Desde la Asociación de Amigos de Villaescusa de Palositos se pretende mediante esta marcha, hacer disfrutar de los parajes de la comarca de La Alcarria y reivindicar de nuevo una solución urgente a la Administración a un problema “sencillo de resolver, y que ya es conocido desde hace tiempo y ha tenido amplia difusión en los medios de comunicación”.
La marcha, convocada para el 18 de mayo, servirá de este modo, para difundir y hacer testigo a todo aquel que se anime a caminar, del aislamiento del pueblo y de los cortes ilegales de caminos y vías pecuarias que han favorecido la destrucción de una historia y de un patrimonio, que en su humildad atesora un legado del que somos responsables todos.