Este pueblo salmantino es el único que cuenta con auténticas huellas fósiles y ofrece una ruta urbana para descubrir esas señales de los organismos que habitaron el fondo del mar hace más de 480 millones de años.

Canal Patrimonio_Beatriz Jiménez / ICAL

La localidad salmantina de Monsagro es el primer refugio en las faldas de la montaña y se encuentra a la sombra de la Peña de Francia, en pleno Parque Natural de las Batuecas y la Sierra de Francia, donde forma parte de la Reserva de la Biosfera de las sierras de Béjar y Francia. Este pequeño pueblo, en el que en invierno conviven cerca de 70 habitantes, cuadruplica su población en los meses estivales. Y es que quien se adentra en Monsagro “siente algo especial” con sus vistas y ubicación porque, tal y como afirma la guía del Centro de Interpretación de los Mares Antiguos de la localidad, Celia Sir, su identidad está relacionada con las huellas fósiles y vestigios de seres vivos que habitaron el mar hace más de 480 millones de años.

Ese mar cubría gran parte de la Península Ibérica, que en aquella época estaba situada muy cerca del Polo Sur. La arquitectura y decoración de sus casas no pasa desapercibida a la vista de quien para por allí. Este municipio esconde una original propuesta cultural como es la ‘Ruta de las Huellas Fósiles’, que propone un itinerario urbano para recorrer las calles del pueblo en las que se pueden descubrir las huellas que dejaron los diferentes organismos y que se encuentran visibles en las rocas que adornan las fachadas de las viviendas, las calles o fuentes.

Símbolo ornamental

El alcalde, Francisco Ángel Mateos, explica que Monsagro es “el único pueblo decorado con fósiles marinos de hace 480 millones de años, es decir, de la época del Ordovícico”. Los lugareños, sin saberlo, comenzaron decorando las fachadas de sus casas con esos fósiles antiguos como símbolo ornamental, “para ellos eran piedras bonitas”. Estos fósiles estaban situados en la parte superior de las montañas que rodean el pueblo y “pesando que eran raíces, los empezaron a incluir en las fachadas”. Al principio se empleaban de uno en uno como escudos sobre las puertas, y más adelante se juntaban varios fósiles y se colocaban a modo de “curiosa decoración”.
Esta ruta urbana “se ha convertido en uno de los atractivos más novedosos del mundo”, dice el regidor municipal. El público que recorre este camino puede observar Cruzianas que, como señala Francisco Ángel Mateos, reflejaban los desplazamientos de los Trilobites, que “son aquellos que representan zonas de reposo”. También es posible encontrar Riples de mar, gusanos marinos que dejaron huellas como los ‘Skolithos’ o galerías verticales que “se utilizaban de morada”, así como las estructuras en forma de cono que se llaman ‘Daedalus’.

Ruta por las calles del pueblo

El atractivo “singular” de Monsagro es su arquitectura y esas huellas perfectamente conservadas que se adentran en sus paredes y “las dotan de un encanto histórico”. Francisco Ángel Mateos señala que esta ruta por el pueblo cuenta con varios paneles informativos en los que se indica el tipo de fósil que hay en esa zona. Además, añade que Monsagro, con esta ruta promovida por la Universidad de Salamanca y la Diputación provincial, “pasó de ser un punto desconocido en la España vaciada, a tener alrededor de 4.000 visitantes al año”.
Además, esta actividad se suma al uso de las nuevas tecnologías y ya dispone de aplicaciones móviles para hacer una gymkana interactiva por el pueblo y “pasar un rato divertido al mismo tiempo que se aprenden curiosidades de nuestro antepasados”. Como peculiaridad, el regidor de esta localidad salmantina explica que “la cámara de la propia aplicación reconoce los fósiles y hace preguntas sobre ellos”. De este modo, aquellos que recojan el mayor número de aciertos se llevan un premio.

Museo de los Mares Antiguos

Desde julio de 2018, Monsagro cuenta con un Centro de Interpretación de los Mares Antiguos, en el que los visitantes pueden recorrer las distintas etapas y sumergirse en el fondo marino de hace 480 millones de años con ayuda de la realidad virtual. Sin duda, “una experiencia única que no deja indiferente a nadie”, y adaptada para todo tipo de público y personas con discapacidad, incluso en formato braille. Este espacio tiene un diseño vanguardista, y en las escaleras de acceso al interior figuran recuerdos de personalidades como el arqueólogo e impulsor, Jorge Civis, entre otros.

Por su parte, la guía del Centro, Celia Sir, cuenta que en las visitas “te puedes encontrar a gente interesada en este tema y también a gente que se topa con el Centro por casualidad, y que salen encantados”, porque como asegura, “siempre aprenden algo nuevo que no esperaban”. El interior se configura como un paseo por las diferentes eras geológicas, en las que se muestran “fósiles únicos” procedentes de la zona y que se encuentran catalogados en las vitrinas, aunque también hay muestras interactivas, un documental audiovisual y se realizan exposiciones itinerantes como la que se encuentra en estos momentos del Carnonífero, procedente de León.
Cuando acuden extranjeros con intérpretes, dice Celia Sir, “se sorprenden de todo el material que tenemos recogido y del montaje tan espectacular”. En ese sentido, desde el Consistorio, destacan la intensa labor de promoción que realizan en el extranjero, sobre todo en Japón, Estados Unidos e incluso Rusia. Pero quizá lo más llamativo del Museo es la experiencia de realidad virtual que se ofrece al espectador para adentrarse en el fondo marino, puesto que “con esas gafas y un mando como los de las consolas, uno puede llegar a sentir que está rodeado de numerosas especies e incluso imaginarse cazando Trilobites”.

Túnel del Tiempo

Dentro de ese afán de innovación y explotación de los recursos turísticos de esta zona de la sierra salmantina, el alcalde de Monsagro avanza que ya se encuentran trabajando en la puesta en marcha del ‘Túnel del Tiempo’ que se ubicará en el museo, y que viajará “desde la actualidad hasta esa época, a través de la realidad aumentada y virtual”.
Aseguran estar “muy emocionados con este proyecto”, del que se acaba de licitar la quinta fase de musealización y que esperan que sea “todo un referente en este tema y acerque la historia de manera lúdica y educativa”. Para ello instalarán video mapping, realidad virtual, luces y proyecciones “para conseguir ofrecer una experiencia inmersiva en el fondo del mar y evocar en los espectadores esa sensación de remontarse millones de años atrás”.