Redacción Canal Patrimonio- EFE

París presenta la primera gran exposición dedicada a la obra y trayectoria del arquitecto francés Ruddy Ricciotti, Premio Nacional de Arquitectura en 2006 y máximo representante del manierismo radical que ha destacado también por el uso del hormigón, su material fetiche. Bajo el título “Ricciotti Architecte”, la muestra podrá contemplarse hasta el 8 de septiembre en la Cité de l’Architecture et du Patrimoine de la capital francesa.

Congrega una treintena de proyectos en los que se alternan las secuencias físicas con las plásticas. Los elementos de construcción, a tamaño real, devienen un contrapunto a las grandes proyecciones de imágenes en movimiento, entre las que figuran algunos de los trabajos más célebres de Ricciotti, como el reciente Museo de civilizaciones europeas y mediterráneas (MuCEM) de Marsella. “Ricciotti crea sobre la narración, la textura y la adecuación, aportando un sentido lógico a cada diseño, que a su vez está en total consonancia con el ambiente. El MuCEM no podría alzarse sobre otro lugar, está hecho para Marsella”, declara el comisario de la muestra, Francis Rambert.

El proyectista francés comenzó construyendo viviendas de inspiración floridana en la Costa Azul. Sin embargo, a partir de los años noventa y con la edificación del Stadium de Vitrolles como punto de partida, descubrió el gusto por la “fisicalidad”, donde la “arquitectura se impone y la estructura se expresa”. “En materia de estructura, la pertinencia no es ser pedagógico, sino ser legítimamente deseado. Aquí está mi divorcio con los modernos. Traicionar la modernidad es mi honra”, rubricó Rudy Ricciotti en el libro “La mise en danger comme moteur”, publicado con motivo de la exhibición.

El hormigón, su material fetiche
El arquitecto se instala, precisamente, a las antípodas del minimalismo, al que considera una pérdida de la narración frente a su arquitectura local. Para Ricciotti el elemento que mejor defiende la cultura del esfuerzo territorial y que además es capaz de resistir a la deslocalización de los oficios es, justamente, el hormigón.  El constructor se las ingenia para que sus investigaciones sobre la materia experimenten, en la mayoría de los casos, con la tecnología del hormigón con fibra moldeable.  “Su ingrediente predilecto es el hormigón y a través de la mineralidad de éste ha conseguido expresar una arquitectura fuerte y radical, a la vez que sensible”, confirma Francis Rambert. El resultado es una fuerza arquitectónica que puede apreciarse en obras como el exoesqueleto del Pavillon noir del Centro coreográfico de Aix-en-Provence; la cáscara lacerada del Museo Cocteau de la ciudad de Menton, o incluso en el proyecto para el estadio Jean-Bouin de París, que establece una atractiva relación dialéctica con el Parc des Princes, un icono del cemento en los años setenta.

La ruptura con el pasado

Su desafío constante ha sido la introducción de la contemporaneidad en el medio histórico, como rechazo a la ruptura con el pasado y como reivindicación, también, de la perspectiva histórica, siempre interpretada desde un prisma contextual y circunstancial. Con esta convicción rehabilitó, reestructuró y salvó de la destrucción a la mastodóntica biblioteca Grands Moulins de la Universidad Paris VII- Denis Diderot o extendió un edificio de los años treinta para instalar la Filarmónica Nikolaïsaal, en la ciudad alemana de Potsdam.

La muestra destapa las claves de la concepción artística de Rudy Ricciotti, es decir la relación con el paisaje, el expresionismo estructural, el espíritu de transformación y el manierismo. Además, siempre encajadas en un proceso creativo que empieza en la intuición y termina en la sensación. La película “L’orchidoclaste”, realizada por Laetitia Masson durante la edificación de una de las obras de Ricciotti, es el remate final de la exposición, con el que no se pretende mostrar edificios sino revelar a un personaje en su complejidad, artística y arquitectónica, pero sobretodo personal.

IMÁGENES: Fotografías facilitadas por la CitÈ de líarchitecture & du patrimoine sobre la primera exposición en solitario que ofrece París del arquitecto francés Rudy Ricciotti, premio nacional de arquitectura y del que exhibe sus experimentos con el hormigón, su materia fetiche. EFE